Deportan a una madre y perdonan a un abuelo

Víctor Caycho
Washington Hispanic

espués de batallar en las cortes de Cincinnati, en Ohio, Maribel Trujillo Díaz, madre de cuatro hijos estadounidenses, fue deportada el miércoles 19 por las autoridades de inmigración a su país de origen, México.

La medida causó pesar y desazón en todos los sectores de esa ciudad, incluyendo a más de 700 miembros del clero que firmaron una carta pública en la que solicitaban al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, que ordene detener la orden de deportación.

La activista Lynn Tramonte, subdirectora de Americas Voice Education Fund, señaló que “el secretario Kelly afirma que el gobierno se enfoca en delincuentes para ser deportados, y ese no es el caso de Maribel Trujillo”.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), por su parte, informó en un comunicado que las cortes “ratificaron uniformemente” que Trujillo Díaz no tenía bases legales para quedarse.

El pasado 11 de abril, un tribunal federal de apelaciones rechazó su pedido de una ‘orden de emergencia’, por lo que fue llevada a un centro de detenciones de inmigración cerca de Jena, Luisiana.

La otra cara de la moneda

El mismo miércoles 19, Catalino Guerrero, un abuelo que reside en Nueva Jersey, recibió la buena noticia de que la Oficina de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), con sede en Newark, había aprobado la solicitud de suspensión de deportación.

El anuncio lo hicieron los senadores Bob Menéndez y Cory Booker, ambos de ese estado, quienes hicieron campaña por Guerrero e incluso escribieron al director del ICE para que reconsidere el caso.

“Me siento muy aliviado al saber que Catalino no será deportado y tendrá la oportunidad de seguir luchando para encontrar una vía para quedarse donde pertenece: en su país adoptivo, en su casa y con su familia aquí en Union City, Nueva Jersey, donde reside desde hace 25 años”, afirmó Menéndez, quien llamó a Guerrero por teléfono para darle la buena noticia.

Primer Soñador

Juan Manuel Montes, de 23 años, se convirtió en el primer Soñador (DREAMer) deportado, a pesar de estar protegido por el programa DACA que precisamente protege de la deportación a quienes fueron traídos de niños y sin papeles por sus padres.

Los abogados de Montes aseguran que su cliente es el primer beneficiario de DACA que es deportado por el gobierno de Donald Trump.

En una demanda presenta el martes en un tribunal del sur de California, el Centro Nacional de Leyes de Inmigración, que representa a Montes, exige que se hagan públicos los documentos que expliquen por qué Montes fue deportado a México.