Demócratas buscan el voto hispano

Jossmar Castillo
Washington Hispanic / AP

sólo unos días del Súper Martes en las elecciones primarias del Partido Demócrata que pone en juego 691 delegados, los candidatos presidenciales Bernie Sanders y Hillary Clinton se enfrentaron en un debate lleno de ataques recíprocos con el que buscaban posicionarse como la mejor opción para los intereses de la comunidad hispana.

En el debate, que tuvo lugar en Florida, ambos contendientes se comprometieron a ampliar los programas ejecutivos DACA y DAPA, impulsados por el presidente Barack Obama, y a trabajar en una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía.

Pero eso no fue suficiente para ganar la gracia del electorado hispano que seguía el debate por la cadena Univision. A cada oportunidad, tanto Clinton como Sanders lanzaban críticas al récord de votos en el senado sobre políticas migratorias.

La exsecretaria de Estado acusó al senador de Vermont de haber votado varias veces en contra de una propuesta migratoria en 2007, Sanders disparó criticando la posición de Clinton, de oponerse ese mismo año a que personas sin permisos de residencia obtuvieran licencias de conducir.

Como si fuera poco, la favorita en la contienda, cuestionó a su rival por supuestamente aceptar grupos de “vigilantes” en contra de inmigrantes, a lo que el legislador respondió que se estaba tergiversando su posición, pues la propuesta de ley tenía elementos como programas “semejantes al esclavismo”.

Lo que se presumía sería un momento para coquetear con el electorado hispano fue una zona de guerra entre los candidatos. Aún así, tuvieron tiempo para reprochar las ideas radicales de Donald Trump, el candidato republicano que va a la cabeza.

Clinton aseguró que a diferencia de Trump, que predica la necesidad de una deportación masiva de personas indocumentadas, ella se enfocaría en sacar del país a quienes hayan incurrido en violaciones a la ley, distintas a las de inmigración, con el fin de mantener a las familias unidas.

El debate acalorado pudo deberse a la reciente derrota que sufrió Clinton en el estado de Michigan, en el que las encuestas las colocaban como favorita con más de 20 puntos de ventaja.

Este resultado presenta un panorama interesante, debido a que lanza una interrogante sobre cómo votarán el resto de los estados del medio del país que aún no han participado de las elecciones. ¿Seguirán con Clinton? ¿Se inclinarán por Sanders?

En Florida viven casi 1,8 millones de hispanos, incluidos aproximadamente el 15% de los demócratas del estado.

Los votantes hispanos han sido por ahora en torno al 10% de los asistentes a las primarias demócratas en lo que va de campaña y Clinton ha conseguido aproximadamente dos tercios de sus apoyos, frente al tercio que optó por Sanders. El senador por Vermont insistió en que hace progresos entre los hispanos jóvenes.

Clinton insistió en que tiene una amplia ventaja en la carrera por los delegados. “Esto es un maratón y es un maratón que solo puede realizarse con el tipo de campaña que llevo”, indicó.
Sanders afirmó que su triunfo en Michigan es la prueba de que su mensaje ha tenido eco.

“Seguiremos con actuaciones extremadamente buenas”, aseguró y añadió que espera convencer a los superdelegados que respaldan a Clinton de que cambien su apoyo.

Mientras el proceso electoral, que se extiende hasta el 14 de junio, continúa, Hillary Clinton comanda los resultados con 766 delegados seguros, contra los 549 de Bernie Sanders. El candidato que obtenga 2,383 delegados será quien represente al Partido Demócrata en las elecciones de noviembre del 2016.