Grandes promesas, pequeños pasos

Washington Hispanic
AP

El presidente Donald Trump ha formulado grandes promesas de reducir los costos de los medicamentos bajo receta, pero su gobierno opta por medidas relativamente modestas, tales como dar a los beneficiarios del seguro médico Medicare una parte de los reembolsos.

Esas ideas significarían cambios tangibles y tienen buenas posibilidades de convertirse en ley. Pero no es como si Medicare participara de la negociación de los precios.

Los escépticos dicen que el enfoque general es decepcionante, y Trump podría aparecer como aliado de la poderosa industria farmacéutica en lugar del hombre capaz de trastornarla.

El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en su estrategia para reducir los costos de los medicamentos, dice que las políticas vigentes “no son prudentes ni justas”. El plan, esbozado antes de que Trump dé a conocer su nuevo proyecto de presupuesto el lunes, se enfoca principalmente en los cambios a los cambios a los seguros Medicare (para ancianos) y Medicaid (para pobres y discapacitados), junto con ideas para acelerar la aprobación de drogas y fomentar la competencia.

“A pesar de las promesas de reducir drásticamente los precios, la mezcolanza de cambios propuestos no parece apta para lograr ese fin, aunque hay algunas propuestas constructivas”, dijo John Rother, presidente de la Coalición Nacional sobre Cuidado de la Salud, que agrupa a organizaciones de consumidores, colegios médicos, hospitales y aseguradoras.

Las encuestas indican que los precios de medicamentos preocupan a los estadounidenses, independientemente de sus tendencias políticas. En su discurso anual, Trump dijo que “arreglar la injusticia de los precios elevados de las drogas” es de alta prioridad para este año.

“Y los precios caerán sustancialmente”, aseguró Trump. “Ya lo verán”.

El candidato Trump era partidario de las negociaciones con Medicare y de que los consumidores pudieran importar medicamentos más baratos. Pero el documento estratégico de la Casa Blanca se aleja de medidas tan drásticas. Su flamante secretario de Salud, Alex Azar, es un ex alto directivo de la gran empresa farmacéutica Eli Lilly.

Las negociaciones con la participación de Medicare y la importación son inaceptables para la industria farmacéutica, que ha gastado decenas de millones de dólares desde la juramentación de Trump para cabildear en Washington sobre los precios. Esto incluye una gran campaña publicitaria por televisión que retrata a sus científicos como pioneros.

La estrategia de la Casa Blanca deja de lado el tema de si los precios ya son demasiado altos. Se concentra más bien en modificar las políticas que cree tenderían a elevarlos y sugiere medidas para acelerar la aprobación de medicamentos y fomentar la competencia.