Cementerio de Arlington se queda sin espacio

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

Para alguien que ha formado parte del servicio militar de los Estados Unidos, no hay honor más grande que ser enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington, pero ante la falta de espacio, el camposanto ubicado apenas a una milla del Distrito de Columbia, podría quedarse sin espacio para el año 2040.

La preocupante realidad fue dada a conocer por la directora ejecutiva de los cementerios militares del ejército a nivel nacional, Karen Durham-Aguilera, mientras rendía cuentas en el Congreso hace unas semanas.

«Un veterano de la Guerra del Golfo de 1991 que vive según su expectativa de vida normal no podrá ser enterrado en Arlington», dijo Durham-Aguilera. Y es que el cementerio, que ya es un sitio de descanso final para más de 400 mil personas, ocupa 150 servicios fúnebres cada semana.

«Un veterano de la Guerra del Golfo de 1991 que vive según su expectativa de vida normal no podrá ser enterrado en Arlington», dijo Durham-Aguilera. Y es que el cementerio, que ya es un sitio de descanso final para más de 400 mil personas, ocupa 150 servicios fúnebres cada semana.

La funcionaria dijo que si se quiere extender la disponibilidad de espacio en el cementerio, tendrán que restringir los criterios de elegibilidad actuales, algo que no ha sonado muy bien en los oídos de los ciudadanos y aquellos que actualmente sirven al país.

En la actualidad, la mayoría de los miembros militares que sirvieron al menos un día de servicio activo o cualquier persona elegible para el pago de jubilación, más sus cónyuges, hijos o hijos adultos dependientes, son elegibles.

Los cambios necesarios incluyen restringir la elegibilidad a los veteranos retirados o miembros del servicio que reciben una Estrella de Plata o superior, fueron heridos, murieron en acción o murieron mientras se encontraban en servicio activo, de acuerdo con Durham-Aguilera.

Encargados del cementerio han hecho una serie de encuestas para evaluar la popularidad de las propuestas, pero estuvieron de acuerdo en que hace falta poner en marcha un plan para extender la disponibilidad en el camposanto aunque sea por unos 150 años más.