Asesinan a padre e hijo en Washington

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

Un padre y su hijo fueron ejecutados dentro de un apartamento en el noreste de la ciudad de Washington el viernes por la noche. La policía encontró los cuerpos de las dos personas con heridas de bala en sus cabezas.

Las autoridades identificaron a las víctimas como Ahkii Washington-Scruggs, de 17 años, y su padre, Hugh Washington, de 57 años, quienes ahora son parte de un violento y sombrío fin de semana en la capital de la nación en el que 19 personas fueron reportadas con heridas de bala, nueve de ellas víctimas fatales.

Hasta el cierre de esta nota, la policía no contaba ni con algún sospechoso de los asesinatos del viernes, ni con un motivo por el que los Washington hayan perdido de esa manera en el apartamento de la 1105 de la Queen Street NE, cerca de la Kendal Demonstration Elementary School.

«En este momento no tenemos ninguna información sospechosa, es por eso que estamos pidiendo al público que informe sobre cualquier cosa que haya visto sospechosa», dijo el jefe de patrulla policial, Lamar Greene.

Ahkii cursaba la escuela secundaria en Dunbar High School, en donde se destacó como un buen estudiante y jugador de fútbol americano. Todos en su comunidad lo conocían por estas cualidades.

«Mi hijo, todo lo que hizo fue ir a la escuela y jugar al fútbol, así que no entiendo por qué alguien le haría esto», señaló devastada Elizabeth Scruggs, madre de Ahkii.

Como si se tratase de una premonición, Washington Scruggs escribió un poema sobre la ciudad de Washington y se la entregó a su entrenador. En él, hizo referencia sobre que la ciudad de Washington es “una ciudad de odio”, en donde es un logro si un joven logra vivir más allá de los 20 años.

La práctica de fútbol el miércoles no se sentía igual. Los compañeros de Ahkii sentían el vacío que el joven jugador dejó cuando su vida le fue arrancada de forma violenta.

«Voy a extrañar su sonrisa. Voy a extrañar su dedicación al equipo. Y eso es lo que los jugadores también extrañarán. Porque siempre le cuidaba la espalda a todos. Era un jugador de equipo», dijo el entrenador Maurice Vaughn.