Sequía altera economía de comunidades amazónicas de Bolivia

AP
Washington Hispanic

a Universidad de Columbia en Nueva York se ha sumado a expertos en Bolivia para ayudar a salvar de la ruina a decenas de comunidades indígenas y sus miles de familias en la Amazonía, cuya economía se ha visto afectada por el cambio climático.

La producción de castaña (nuez de Brasil) _un fruto silvestre del bosque amazónico del que Bolivia es el mayor exportador mundial_ ha caído en un 50% desde el año pasado debido a la sequía, afectando a más de 15.000 familias del noreste del país cuya principal actividad es la recolección de la semilla, según el gobierno y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés).

“Si la sequía empeora, como indican los modelos, quizá los volúmenes de recolección de castaña sean más inciertos, lo que generaría no solo impacto ambiental, sino social y también económico”, dijo a The Associated Press Ryan Bartlett, responsable de Gestión de Riesgos Climáticos de WWF.

El aumento de un grado centígrado en la temperaturas globales ya se está sintiendo en toda la Amazonía, “ocasionando eventos climáticos extremos más frecuentes e intensos, como fuertes lluvias que crean inundaciones, y sequías prolongadas que han aumentado los incendios forestales”, aseguró el experto.

La sequía de 2016 ha tenido fuerte impacto sobre todo en el noreste amazónico. “El cambio climático está haciendo que las precipitaciones sean más intensas, variables y menos predecibles”, añadió.

Al promediar la primavera, miles de familias pobres con sus hijos navegan en botes frágiles para internarse en la selva durante más de tres meses para recolectar el fruto que el gigante castaño deja caer. Lo han hecho por generaciones. La cosecha les permite vivir el resto del año, según las autoridades locales.

Un 70% de la economía de esa región depende de la recolección de la castaña, de amplio uso en la alimentación y la medicina. Bolivia obtuvo el año pasado 180 millones de dólares en exportaciones del fruto, cuya recolección y beneficiado genera miles de empleos.

La WWF y la Universidad de Columbia están trabajando en el análisis de escenarios de riesgo y acaban de realizar talleres con los comunidades de la reserva del Manuripi en la región de Pando para “apoyar la diversificación económica como estrategia de adaptación al cambio climático” apoyando la cosecha de frutos más resistentes.

En esos talleres los habitantes de la región también han reportado una pérdida más frecuente de la navegación debido a la reducción de caudales de los ríos por causa de la sequía, así como el aumento de plagas y muerte de animales debido a incendios.

Con 5,5 millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía cubre ocho países de Sudamérica, pero su importancia rebasa esa frontera. Su bosque tropical concentra cerca del 10% de la biodiversidad del planeta y tiene enorme influencia sobre las lluvias en el continente.

Bolivia abarca el 11% de la Amazonía, pero el 75% de su territorio está dentro de la cuenca amazónica y es el octavo país en el mundo con mayor nivel de riesgo climático, según los expertos.