¿Podrá superar la comedia la era de los superhéroes?

Washington Hispanic

AP

ías antes del estreno de la comedia con Will Ferrell y Amy Poehler «The House», el productor Adam McKay pudo ver la señal de advertencia. El pronóstico de taquilla para el filme no era nada bueno.

Al final, «The House» terminó recaudando apenas 8,7 millones en su primer fin de semana, y se sumó a la larga lista de comedias fracasadas. La cinta tenía sus problemas (Warner Bros. ni siquiera la exhibió por anticipado a la crítica), pero lo que llamó la atención fue lo desalentadoramente típico de sus resultados.

«Esto ha estado pasando mucho. Si no son nuestras comedias, son otras comedias de amigos nuestros que están desilusionando consistentemente», dijo McKay, cuya compañía productora con Ferrell hace un puñado de cintas de humor al año.

Si el público no acude a ver próximamente «Girls Trip» — promocionada como la versión femenina y negra de «The Hangover» — este verano pasará sin un gran éxito de comedia. «Rough Night», »Baywatch» y «Snatched» decepcionaron todas pese a contar con estrellas como Scarlett Johansson, Dwayne Johnson y Amy Schumer, respectivamente. La única sensación ha sido «The Big Sick», encabezada por Kumail Nanjiani y producida por Judd Apatow; un estreno de Lionsgate-Amazon que facturó 6,8 millones en un lanzamiento limitado de tres semanas en cartelera.

Las risas se han apagado en los multicines y la tendencia va más allá del verano. El año pasado, el mal desempeño de «Popstar» de Andy Samberg (9,6 millones de dólares en total) presagió los problemas que estaban por venir. Hubo algunos éxitos («Bad Moms», »Sausage Party», »Trainwreck», »Central Intelligence», »Spy»), pero ha pasado mucho tiempo desde una verdadera sensación cultural como «The 40 Year-Old Virgin», »The Hangover» o «Bridesmaids».

Esto nos lleva a una pregunta: ¿Podrán sobrevivir las comedias la era de los superhéroes?

Mientras los estudios se enfocan cada vez más en franquicias que se apoyan en propiedades intelectuales de atractivo mundial, las comedias están desapareciendo. Aunque suelen ser propuestas relativamente baratas, muchas veces no encajan en la agenda de superproducciones de Hollywood, que cada vez es más adversa a los riesgos.

«Realmente quieren que estas películas funcionen en China y Rusia, y las comedias no siempre lo hacen», dijo Apatow.

En entrevistas con varios nombres prominentes de la comedia y numerosos ejecutivos de estudios, muchos en Hollywood expresaron optimismo. Pero también describieron un sentimiento de que la era de «Superbad», »Pineapple Express» y «Step Brothers» había acabado, y que un panorama cada vez más restrictivo en Hollywood era el responsable.

«No me preocupa porque parece que los estudios no están desarrollando tantos guiones de comedia”, agrega Apatow. «Antes solían comprar muchos guiones y desarrollarlos; ahora siento que los tiempos han cambiado. A menos que uno les traiga un guion con un actor o actriz y un director y todo el paquete, no hay muchos chances de que se hagan las comedias. Tenemos una buena reputación, así que la mayoría de las veces logramos hacer nuestras películas, pero siento que no hay muchos guionistas jóvenes escribiendo comedia. Creo que muchos de ellos se están yendo a la televisión».

Muchas de las comedias que han logrado hacerse reciclan fórmulas familiares que han funcionado en el pasado. McKay ha visto que cada vez más los departamentos de mercadeo son los que deciden si se hace o no una película.

«Eso es lo suyo: ‘¿Cuál es la fórmula para que podamos ir al salón de conferencias?'», dice McKay. «De repente empiezo a notar que la gente sigue pidiendo comedias que se parecen a otras comedias y nosotros seguimos diciendo, ‘sí, pero las comedias tienen que ser originales'».

«Original» puede ser una palabra aterradora hoy en Hollywood. De ahí las nuevas versiones de «Ghostbusters» o «Baywatch». Al mismo tiempo, otros formatos — clásicos como cintas de fiestas, por ejemplo — se han vuelto obsoletos por el sobrepuso.

«Creo que en los últimos tres años hemos visto simplemente una fatiga con esas estructuras», dice McKay. «Hicieron lo peor que una comedia puede hacer: empezar a sentirse familiar. Realmente creo que esto no es algo permanente. Terminará, pero van a hacer falta tres o cuatro accidentes, como ‘Austin Powers’ y ‘Anchorman'».

Esas dos películas también dependieron de una vida después de la pantalla grande, en video; históricamente las comedias se venden muy bien después que han estado en el cine. Pero «uno realmente no puede hacer eso ahora», dice Michael De Luca, quien produjo «Austin Powers», «Rush Hour» y «The Love Guru». “Uno tiene que lograr ser un acontecimiento cinematográfico cuando estrena».

De Luca recordó la experiencia explosiva que fue leer el guion de «American Pie», la cinta que dio estallido a la comedia de clasificación R (restringida para adultos) en 1999.

«Yo siento que estas cosas son cíclicas», dice De Luca. «Cada generación descubre su propia comedia punk-rock. No habrá ocurrido aún para la generación detrás de Seth Rogen, que vino después de Judd Apatow».

Pero la próxima generación podría gravitar hacia HBO o FX o Netflix en vez. Ahí es donde se encuentran muchas de las voces más emocionantes de la comedia de hoy, como Donald Glover («Atlanta»), Lena Dunham («Girls») e Issa Rae («Insecure»).