Dona riñón y salva a su madre

Zulma Díaz
Washington Hispanic

Ahora la familia Chicas, de origen salvadoreño, puede compartir su historia de vida y amor, después de un prolongado padecimiento por insuficiencia renal que sufría la madre Gladis Chicas, el cual iba deteriorando su cuerpo, tanto así que los médicos le daban pocas alternativas de vida.

En su casa de Maryland, ella recuerda que hace cinco años, cuando su médico dio los resultados de sus exámenes su diagnóstico no era tan grave. Fue hasta el 2017 cuando surgió la innegable necesidad de un trasplante. Necesitaba un riñón para seguir viviendo.

Fue su hijo Herrison Chicas, de 26 años, quien por el amor a su su madre, comenzó a informarse sobre el proceso de donación en vida y aunque sabía que la compatibilidad jugaba un papel muy importante, Herrison se jugó el todo por el todo. Finalmente, al hallársele cien por ciento compatible en un centro de transplantes de Maryland no dudó en ningún momento en confirmar el transplante para salvar la vida de su madre.

“Ese fue el regalo más grande que Dios me ha dado, y estoy muy feliz porque a partir de esa operación he vuelto a vivir con salud”, expresó.

Historias como las de Herrison y Gladis son modelos de esperanza en el Día Nacional de Azul y Verde, que se conmemora cada 13 de abril. “Fue un dia en el cual nos vestimos con los colores de la esperanza para llevar un mensaje de solidaridad a los miles de pacientes que esperan un donante, y también para crear conciencia de la importancia y la necesidad que existe de que más personas se registren para donar”, afirma Marisol Flamenco, que tiene el título de Embajadora de Vida.

Ahora pueden volver a sonreir nuevamente y compartir todas las actividades que por la enfermedad de la insuficiencia renal, dejaron de hacer por mucho tiempo, gracias a la donación de un riñón que hizo Herrison Chicas a su madre Gladis Chicas.

Y aunque la compatibilidad juega un papel muy importante, Herrison Chicas se jugó el todo por el todo y al encontrársele cien por ciento compatible no dudó en ningún momento en aceptar el transplante para salvar la vida de su madre.

Gladis Chicas recuerda el día en que el doctor le confirmó que tenía insuficiencia renal. Desde ahí comenzó su sufrimiento. El apoyo de su familia fue muy importante porque asegura que nunca la dejaron sola; al contrario, le demostraban todo su apoyo, hecho que la confortaba y la impulsaba a seguir adelante.

“Fue mi hijo Herrison quien tomó la decisión de donarme el riñón y para mí como madre fue muy impactante, porque uno siempre quiere lo mejor para los hijos, y aunque mi vida estaba en riesgo le decía: ‘yo ya viví, en cambio tú tienes toda una vida por delante; pero Harrison respondía: mami, tú eres muy especial, no te voy a dejar morir, si tú te mueres, morimos todos en vida’”, recuerda Gladis.

Fue de esa manera que se tomó la decisión de realizar el transplante de riñón. “Fuimos a hacernos los exámenes y los resultados nos demostraron que éramos compatibles en un cien por ciento. Ese fue el regalo más grande que Dios me ha dado, y estoy muy feliz porque a partir de esa operación he vuelto a vivir con salud”, expresa.

Por su parte, Herrison Chicas, nos explica que lo que más le impulsó a ser donador fue ver el deterioro de la salud de su madre. “Mi mamá supo de la enfermedad en el 2012, pero fue hasta marzo del año pasado cuando se comprobó que la enfermedad había avanzado y entonces el doctor le dijo a mi mamá que tenía dos opciones, hacerle diálisis o un transplante”, recuerda Herrison.

Chicas comenta que pusieron a su madre en lista de espera y que la demora sería de alrededor de 3 a 4 años. Entonces comenzaron con la diálisis, tratamiento que no dio los resultados que se esperaban. Fue hasta octubre cuando decidieron ir al transplante, pero en ese mismo mes se le presentó otra complicación, un fibroma que debía ser operado. Esa fue quizás fue una de las más dificiles decisiones para ellos –añade Herrison-, porque ya el cuerpo de su madre no estaba respondiendo. El doctor les advirtió antes de la cirugia que era muy posible que no despierte o que se complique aún más. Sabían que si querían ir al transplante esta operación era la única forma de alcanzarla. Estuvieron todos rezando en la sala de espera, pero la operación del fibroma salió bien.

Herrison explica que esperaron las seis semanas previstas y en diciembre del 2017 les comunicaron que todos los exámenes confirmaron que eran compatibles y pudo hacerse la donación.

“Han pasado tres meses y creemos que hemos pasado todas las emociones que conlleva esta situación. En un principio nos impactó la enfermedad, pero después reaccionamos, buscamos como ayudarla, nos informamos y educamos, hasta tomar la decisión. Ahora puedo compartir esta historia, y queremos contarla para que la gente sepa que sí se puede donar vida”, afirma el joven.

De Azul y Verde

Como Embajadora de Vida, Marisol Flamenco nos comenta que historias como las de Herrison y Gladis son modelos de esperanza en el Día Nacional de Azul y Verde, que se conmemora cada 13 de abril. “Fue un dia en el cual nos vestimos con los colores de la esperanza para llevar un mensaje de solidaridad a los miles de pacientes que esperan un donante, y también para crear conciencia de la importancia y la necesidad que existe de que más personas se registren para donar”.

Por su parte, Elizabeth Escobar, vocera de Done Vida comenta que cuando se habla de un proceso de donación, normalmente se habla de cuando una persona fallece. Pero
el caso de Herrison y Gladis es una donación en vida, la que generalmente es con un riñon o con parte de un hígado.

Done Vida se encarga de hablar con la familia y darle toda la información que necesitan. “Tenemos especialistas que trabajan con las familias que están pasado el peor momento de sus vidas, pero quieren dar fe y luz a otra persona y aunque cada caso es diferente lo que los une en el momento de la donación”.

Escobar explica que si las personas necesitan más información existe una página en internet, donante.org, que está en español y que contesta a todas las preguntas relacionadas.

Dijo que también pueden autorizar a ser donantes de órganos cuando se inscriban para su licencia en el MVA en Maryland o en el DMV en Virginia. “Sepan que si dan un ‘si’, no crean que les van a llamar en ese momento. No, es todo un proceso que lleva esperanza a otros. Y es importante que se conozca que en el área metropolitana hay muchas personas en espera y que muchos de ellos son latinos”, finaliza.