Que haya más reencuentros

Editorial
Washington Hispanic

l caso de Oscar Aldana que publicamos en esta edición –quien por largos años estuvo en una lista de miles de niños salvadoreños desaparecidos-, hace relucir la vasta labor que realizan los miembros de la Comisión Nacional de Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos durante el conflicto armado que golpeó El Salvador desde 1979 hasta 1992, año en que se firmó el Acuerdo de Paz.

Oscar fue uno de tantos niños cuyos nombres fueron prácticamente borrados de la memoria documental al ser entregados en adopción en su país y enviados a otras naciones, especialmente a Estados Unidos.

El 15 de enero de 2010 se creó dicha comisión, como consecuencia del estremecedor caso de dos niñas desaparecidas en un área rural de Chalatenango, El Salvador, en 1982. El hecho fue denunciado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, ante la inacción de los tribunales de justicia salvadoreños. Las menores fueron secuestradas después de una masacre conocida como “Guinda de Mayo” y hasta el momento no se sabe nada de ellas.

La comisión investiga los casos de niños que durante el conflicto armado de El Salvador fueron separados de sus familias biológicas. Muchos fueron adoptados. De los 291 casos que sigue 71 fueron resueltos y en 28 ocasiones ya se produjeron reencuentros familiares, al cabo de tres o más décadas de desaparición de los menores.

Como bien señala Oscar, el reciente protagonista de esta historia, su vida había estado vacía “hasta que la Comisión Nacional de Búsqueda me encontró y me he reconectado con mi familia”.

Esperamos que más niños desaparecidos como él sean localizados y que se produzcan otros reencuentros familiares. Y expresamos nuestro reconocimiento al denodado y arduo trabajo de los miembros de esa comisión, que ellos realizan con mucho esfuerzo, desinterés y dedicación.